domingo, 17 de mayo de 2015

Estudio sobre los dispositivos Foto Rojos.

"La prevención de los accidentes no debe ser considerada como una cuestión de legislación, sino como deber ante los seres Humanos, y con razón de sentido económico".
Werner von Siemens.

"La prevención de los siniestros viales no debe ser considerada como una cuestión de legislación, sino como un deber ante los derechos humanos".

Encuadrando la prevención vial dentro de los derechos humanos, se da uno cuenta de que es un deber de todos proteger este derecho. Si cada una de las personas aportara su granito de arena, las víctimas mortales y los heridos en los siniestros de circulación disminuirían considerablemente, incluso el nuestro.

Aquí presento un resumen del estudio realizado sobre la utilidad de los dispositivos foto rojo en los semáforos.


Cuando se circula por las calles y avenidas de la ciudad de León, en ocasiones se observa unas cámaras enfocando para alguno de los semáforos de la misma. Estos dispositivos sirven para realizar un vídeo o fotografía cuando un vehículo pasa por un semáforo con el disco en color rojo, sancionando a dicho vehículo con una multa de 200 de euros y una retracción de 4 puntos en su permiso de conducción.
Esos mismos dispositivos son los que la gente se pregunta ¿Por qué han puesto cámaras? ¿Será para prevenir accidentes? ¿Será para recaudar?.

El estudio esta basado fundamentalmente en tres puntos:

1. Si existe  justificación para su implantación.
2. El análisis del "efecto recaudador".
3. La efectividad del dispositivo.

1. Existe justificación para la instalación dispositivo foto rojo.

La Asamblea General de Naciones Unidas en colaboración con la Organización Mundial de la Salud promulga el Plan Mundial para el Decenio de Acción en materia de Seguridad Vial 2011/20, donde incide en uno de sus puntos, que los peatones son usuarios vulnerables, siendo fundamental reducir los siniestros viales por motivos de salud pública e interés general, a la vez de fomentar los desplazamientos a pie y en bicicleta. Instigando a los gobiernos nacionales y locales a realizar políticas para este objetivo, promoviendo proyectos técnicos en los semáforos.
De este mandato de Naciones Unidas surge en España la Estrategia de Seguridad Vial 2011/20, donde una de sus prioridades  es generar una movilidad segura en zona urbana proporcionando un espacio y entorno seguro, potenciar la disciplina del tráfico en la ciudad, promover el desplazamiento a pie como forma de movilidad económica y saludable, y mejorar el conocimiento de la accidentabilidad de los peatones, junto con su movilidad.
A su vez la ciudad de león en consonancia a estas políticas fundamenta la instalación de el sistema foto rojo en el respeto de las señales luminosas, que permitan incrementar la seguridad vial en aquellos puntos de mayor siniestrabilidad.

2. Análisis del "efecto recaudador".

Los medios de comunicación y la publicidad que se da en los mismos, están continuamente remarcando el "efecto recaudador" de las sanciones de tráfico.
Este efecto se introduce en el ideario popular, puesto que normalmente a nadie le suele gustar que le corrijan, en incluso asumir sus propios errores.
Además no son pocas las voces que apoyan que existe un objetivo oculto en la instalación de estos sistemas, puesto que es sabido que la crisis actual ha dejado a muchos Ayuntamientos inmersos en deudas y necesitan de una fuente de ingresos para desempeñar sus funciones sociales como antes de la crisis.

3. Eficacia del dispositivo.

Según datos de la Dirección General de Tráfico un 40 por ciento de los siniestros viales son debidos a la distracción (apartar al atención de un objeto para aplicarla en otro objeto).
Existen en la tarea de conducir la necesidad de organizar y coordinar la información de los estímulos que llegan, esto exige un nivel adecuado de la atención.
Teniendo en cuenta esto, se puede inferir que al pasar por estos dispositivos foto rojo instalados en los semáforos, nuestra atención se distrae hacia el disco del semáforo más de lo habitual,  por el nerviosismo o miedo a saltarse el semáforo en rojo y que se imponga una sanción de 200 euros y 4 puntos. Al quedarse de continuo mirando hacia el semaforo se pierde la atención a otros factores, como peatones, bicicletas, circulación colindante..., lo que  implica que el tiempo de reacción varie a la hora de frenar ante un imprevisto, corriendo el riesgo de atropello a un peatón o a un ciclista, e incluso a un siniestro vial de otro tipo.

Conclusiones.

Cabe concluir que para que no se produzca esta distracción al pasar por los dispositivos foto rojo, se debe de abrir una nueva fuente de estímulo, que evite la fijación continua hacia el disco del semáforo. Un contador numérico en la parte superior del semáforo daría una garantía más al ciudadano conductor, evitaría el llamado "efecto recaudador" y evitaría muchos siniestros viales.

Si como marcan las políticas europeas y nacionales como la Estrategia de Seguridad Vial, León quiere ser pionero en una ciudad de movilidad sostenible y segura, que reduzca el impacto medio ambiental, además de querer dar una imagen a sus ciudadanos que disuada el famoso "efecto recaudador", y verdaderamente hacer políticas en materia de seguridad vial, se recomienda a sus autoridades la instalación de contadores numéricos, no solamente en los semáforos con los dispositivos instalados con foto rojo, sino que además, en aquellos semáforos que haya una especial incidencia de siniestros viales.

Se puede solicitar el estudio completo.

Dar las gracias a Angel, Ricardo (autoescuela San Fernando) y a Radio Marca por la presentación del estudio en el programa "Manos Arriba".



sábado, 9 de mayo de 2015

CONVERSACIÓN PRIMERA CON EUGENIO NKOGO ONDO.

Un nuevo proyecto nace en el Círculo Criminológico de león.
La Criminología como ciencia o arte multidisciplinar no puede quedar al margen del análisis de las propuestas u opiniones de las personas, por este motivo me he propuesto realizar varias conversaciones con personas de diversas ciencias o artes, con el objetivo de enriquecer a las personas interesadas en este fascinante mundo de la Criminología.

CONVERSACIÓN PRIMERA.

En conversación con Eugenio Nkogo Ondó. 11/ 01/ 20015.

Eugenio Nkogo Ondo


Aunque el concepto que formo de Eugenio Nkogo pueda estar sesgado, al ser considerado como mi segundo padre, no obstante, intentaré adecuara mis palabras a su forma de ser. Catedrático numerario de Filosofía, Doctor en Filosofía por la Universidad Complutese de Madrid, sigue estudios postdoctorales en la Sorbona, París, pensador, investigador y escritor, entre otras muchas actividades, fundador de una nueva orientación filosófica que, como el título de sus principales obras, recibe el nombre de: El pensamiento radical.
El que se acerque a él, podrá palpar a una persona llena de sabiduría, hecha a si misma y con esa experiencia intercultural acomunada, tiene todo lo grandiosos de la cultura africana mezclada con la cultura occidente. Dialogando con él, en cada pregunta que le hago, observo en sus profundos ojos negros, cómo reflexiona para contestar con prudencia y sinceridad.

- Eugenio, como introducción a la conversación, según García Pablos, la Criminología es una ciencia interdisciplinar que tiene por objeto el estudio de la criminalidad, de la delincuencia, de sus consecuencias, del control o  de la prevención que ejerce el Estado sobre el delito y de los programas o tratamientos encaminados a la integración de los delincuentes.

Diccho esto:

- Me gustaría saber, desde el punto de vista filosófico, ¿Qué opinas sobre todo lo que rodea al crimen?
- En principio, Isaac, el tema de tu pregunta es muy amplio y, por lo tanto, es susceptible de recibir respuestas basadas en la experiencia que obtenemos de la observación directa del medio social en el que  vivimos o hemos vivido o basadas en las teorías de los pensadores que en su tiempo plantearon el problema con suficiente claridad y objetividad. Desde el primer punto de vista, basándome en la realización de la vida cotidiana, yo te diría que la delincuencia no es una categoría innata o inherente a la naturaleza humana. En otros términos, nadie nace delincuente. Habría que buscar, entonces, las causas de la delincuencia en otros ámbitos o, mejor dicho, en los condicionantes o motivaciones extrínsecas e intrínsecas que configuran el comportamiento o la actuación del ser humano, en su dimensión individual y colectiva. En eso nos acercamos a las posiciones de algunos autores moderno, siguiendo el orden cronológica, estos serían: Thomas Hobbes y Jean-Jacques Rousseau.

Para el primero, la naturaleza humana se define por estos postulados: la avidez natural (cupiditas naturalis), por la que cada uno pretende gozar él solo de los bienes comunes, y la razón natural (ratio naturalis), por la cual cada uno huye de la muerte violenta como el peor de los males naturales. Este sería el origen o fundamento de la guerra incesante entre todos y contra todos, porque cada uno o es movido a desear lo que es bueno para él y evitar lo malo. Para salir de ese antagonismo, es preciso crear una sociedad que establezca un mecanismo que haga posible el paso del estado de la naturaleza al estado civil, que se realizaría mediante un pacto o contrato en el que cada uno renuncia al derecho que le otorgaba el estado primitivo y transferírselo a los demás. Es decir que renuncia al egoísmo aboca necesariamente a la creación de un estado o sociedad civil, que se llama también persona civil, por el hecho de que, al representar a todos, es considerada como una sola persona. Es lo que, en definitiva, ha sido nominal y universalmente reconocido como el Estado y deber ser gobernado por el gran Leviatán, "aquel dios mortal, al que debemos, bajo el Dios inmortal, nuestra paz y nuestra defensa", este es el único soberano y cada uno de los que le rodean es súbito suyo. Si la primera parte de su doctrina la desarrolla en el Del ciudadano, una obra que escribe justamente al estallar la guerra civil en Inglaterra, la segunda parte se desarrolla en dos volúmenes que lleva precisamente el título de Leviatán. Teniendo en cuenta que eso recuerda a un personaje bíblico, cabe señalar que la teoría de Hobbes es la defensa de un régimen absolutista. Si la aplicáramos a la criminalidad o a la delincuencia, es fácil concluir que el ser humano es lobo para el otro, es malo por su naturaleza. Su instinto no se caracteriza por la sociabilidad sino por la insociabilidad. A pesar de que no nos convence semejante posición, sin embargo, podemos intuir o comprender que la guerra civil que, como acabamos de recordar, estalla en Inglaterra en 1642 fue la razón o la motivación extrínseca que le conduce a Horbbes a creer que el hombre es malo por naturaleza, lo que sería una prueba de la preeminencia de la motivación externa sobre la interna.
Este planteamiento invita a entrar en el discurso de Jean-Jaques Rousseau quien, al contrario que Hobbes, piensa que el estado primitivo del ser humano fue su perceptibilidad o la facultad de perfeccionarse, con la que viviría en paz y en plena armonía con la naturaleza, un estado que fue perturbado por la llegada de las ciencias, de las artes y, sobre todo, de la propiedad privada. Así, declaró rotundamente que "Todo esta bien al salir de las manos del autor de las cosas: todo degenera entre las manos del hombre" y que "El primero a quien, tras haber cercado un terreno, se le ocurrió decir esto es mío y encontró gentes lo bastantes simples para creerle, fue el verdadero fundador de la sociedad civil". Pero, reconoció, al mismo tiempo, que el género humano habría evitado crímenes, guerras, asesinatos, miserias y horrores de haber habido alguien que advirtiera a los demás del peligro que aquello suponía y los exhortara: "guardaos de escuchar a este impostor; estáis perdidos si olvidáis que los frutos son de todos y que la tierra no es de nadie". La vuelta a esta naturaleza de paz y de armonía implica, como en el caso anterior, la creación de otra sociedad civil el la que cada individuo renuncie a sus derechos, apara que sea esa nueva entidad la que defienda los intereses de todos, sin defender los de nadie en particular. Esta sociedad, llámese Estado, debe ser gobernado por personas elegidas en su propio seno, de tal manera que representen la voluntad general, so pena de ser destituidos en caso de no cumplir con ese mandato- Aquí aparece, a diferencia del filósofo británico, una defensa clara de la representatividad democrática. En último término, apara Rousseau, el hombre es bueno por naturaleza, su maldad surge como consecuencia de la influencia de la sociedad en que él vive. 

- Si es la sociedad la que lleva al individuo a realizar o a omitir sus actos, esos da impresión de su libertad está postergada.
- Pues en absoluto Isaac. La libertad es una de las características que marca la diferencia ente el ser racional y los demás animales. Pero esa libertad no es absoluta, es siempre relativa, como los es la misma naturaleza humana. Eso significa que la tenemos y la ejercemos dentro de ciertos límites, en eso consiste nuestra responsabilidad. Estoy seguro de que, en Criminología y en tu tarea cotidiana, tú mismo hayas tenido la oportunidad de verificar las distintas motivaciones que implican las acciones de ciertas personas.
- Sí, Eugenio. pero me interesa su opinión, cuando hablas de la motivación externa. ¿A qué se refiere esa expresión?
- Eso nos permite volver a pensar o sopesar los dos piles en los que se bifurcan las dos grandes motivaciones, las externas y las internas, y ver por qué lado se inclinaría la balanza. Pongamos, por ejemplo, los recientes atentados en Francia. Pienso que, en su análisis, habría que contar, por lo menos, con las motivaciones imprescindibles: personales, psicológicas, físicas, ideológicas, religiosas, mediatices, ambientales…En el ejercicio de la libertad de expresión, si esta existiera en realidad, es obvio admitir que se debe asumir, sin preámbulo, que "la libertas es el derechos e hacer lo que las leyes permiten", que si un ciudadano hiciera lo que ellas prohiben, "ya no habría libertad, porque los demás tendrían igualmente esa facultad" como lo explico bien Montesquieu en su Del espíritu de las leyes, de ahí que ase haya deducido de dicha certeza la opinión que asegura que la libertad de un individuo acaba donde empieza la de su vecino. Se dice que "Al buen entendedor con pocas palabra le basta"… Considerando el tema desde el ángulo de los actores del crimen, se observa que en este cúmulo de circunstancias o de motivaciones, es muy probable que alguien que no se siente dueño de sí mismo sea un chivo expiatorio fácil de adherirse a lo ilícito o de ser captado por la tendencia dominante, lo que resultaría difícil en caso de los que tengan ideas fijas o recapaciten acerca de las consecuencias negativas de sus actos.
Como españoles que somos, Isaac, te pondré otro ejemplo más cercano. Suponte el caso de ETA. Desde que llegué a España en 1967 hasta hace pocos años, la información que he leído en divesos medios indicaba que esa organización se creó en tiempos de Franco, luchaba contra el franquismo y, posteriormente, contra la monarquía que él nos dejó. Esto significa que haya corrido o corre por las venas de los que han cometido crímenes en nombre de ETA la sangre hereditaria etarra, por decirlo de alguna manera. A simple vista, admitiremos que son personas que, siendo fieles a unos principios, operan según lo que estos le exigen. Redundando en lo mismo, no puedo creer que un individuo haya nacido con la idea de cometer un crimen. La sociedad, el ambiente, como se puede imaginar, juegan un papel decisivo que muchas veces hace suplantar la personalidad de un individuo. Aun con eso, es aconsejable evitar caer en la tentación de una falsa generalización. No podemos a atribuir a todo el mundo los mismos fallos, errores o delitos.
- Por lo tanto Eugenio ¿Esas personas tienen que tener unas determinadas características?.
- Sí, efectivamente, pero debo insistir en que las características no son genéticas, como lo acabamos de ver. En este caso, tenemos en cuenta las circunstancias que giran en torno al obrar de una persona o una colectividad, por ejemplo el estado de ánimo, la adversidad, cualquier tipo de amenaza, la desesperación, la frustración, la depresión, ect.
En mi obra, sobre Las ruinas de la República de Ghana, explico los detalles de mi experiencia en ese país, donde permanecí durante dos años consecutivos, con Soli, mi mujer, quien tuvo más paciencia que yo y me apoyo mucho. En Africa, el neocolonialismo, esa nueva forma del imperialismo que controla a los países débiles, lo acapara todo: explotación de aluminio, de las minas de oro, de los diamantes, de todos los minerales y demás recursos naturales. No sólo eso, sino que también provoca enfrentamientos entre sus pueblos y les proporciona armamento, con el fin de que se destruyan unos a otros, y en este combate selecciona a los que pueden elegirse en mejores defensores de los intereses extranjeros en su propio país. En ese sistema de dominio, el líder que quiere pensar en su pueblo y en su desarrollo es el malo de la película y corre el riesgo de sufrir un golpe de Estado bien preparado por las grandes potencias, de ser reducido a prisión o de ser asesinado. Tras esa experiencia negativa, viajo a Estados Unidos y aterrizo en el capitalismo totalitario. Al hablar de totalitarismo, en el mundo occidental, las capas sociales sufrieron un adoctrinamiento en el que se repetía insistentemente que el único totalitarismo que conoció la historia era el totalitarismo ideológico de la Unión Soviética, para que no descubriesen que estábamos siendo invadidos por otro tipo de totalitarismo. el totalitarismo capitalista o el capitalismo totalitario americano, donde el totus es el capital, el que no dispone de él, es como una mosca, que no tiene valor. De ahí que si sociedad sea una de las grandes víctimas de la manipulación del poder económico que ejerce el dominio absoluto sobre todas sus instituciones. Las consecuencias más inmediatas, que todos conocemos, han sido la consolidación de una forma de vida mecánica o robótica, done el ser humano funciona como un reloj, cuya explicación más pertinente nos hizo Herber Marcuse en su obra, One-demensional man (El hombre unidimensional). Yo mismo he dedicado a esa sociedad una obra que lleva el título de L´Humanité en face del l´impérialisme, que no tiene todavía versión castellana.
- Entonces Eugenio, retrocediendo a la actividad criminal, se puede constata que la desesperación o la frustración han influido en las personas para cometer delitos, para no respetar las normas o para no aguantar ciertas situaciones.
- Sí, la gente tiene problemas y no sabe enfrentarse a ellos. Bueno, tú lo sabrás mejor que yo, por ejemplo, ante un suicidio, en la mayoría de los casos, los próximos o los vecinos suelen extrañarse de la desgracia y, a veces, emitir algunos juicios, tales como calificar al individuo en cuestión como un bonachón, un solitario, insinuando una especie de justificación del suceso. No creo que la sociedad lleve necesariamente a este desenlace tan funesto. Todos tenemos problemas, lo que ocurre es que deberíamos proceder siempre con valentía para buscar las salidas satisfactorias. Este es el consejo que recuerdo haber dado a mis alumnos/as, pero a pesar de eso, para que veas, una de ellas se suicidó saltando por la ventana desde un quinto piso. La verdad es que lo pasamos muy mal, no sólo el grupo a que pertenecía sino también los demás grupos y todo el centro.
- Eugenio ¿Habría una respuesta respecto a la influencia de la sociedad en el crimen?
- A mi modesto entender, la respuesta debería basarse un programa teórico y práctico destinado a la educación integral de las personas. Para ello, me gustaría recoger otra vez el razonamiento del pensador gibelino, Jean-Jaques Rosusseau, quien sostenía que el hombre salvaje era feliz en su entorno y que dicha felicidad fue colapsada por la llegada de las ciencias y de las artes, que nacieron de los vicios y no de las virtudes, y de la propiedad privada. Que la recuperación o la vuelta a la felicidad perdidas tenía que efectuarse en tres niveles, a cada uno de los cuales dedicó una obra: el primero corresponde al nivel de la educación del niño, cuyo título es Emilio, o De la Educación, el segundo, al de la educación familiar, su título La Nueva Elosía, y el tercer, el de formación social, se concreta en el Contrato Social, donde el hombre, como ya lo anunciábamos, al renunciara al egoísmo personal para fundar lo que hemos llamado el interés común, obedeciendo a lo establecido, no obedece a nadie en concreto, ni a ningún gobierno, sino a la voluntad general. Dijimos que eso era una defensa de la auténtica democracia que, hoy por hoy, ya no existe. Se entiende que esa nueva sociedad, el Estado, que ha sido creado por el sacrificio de lo particular para dar paso a la voz de todos, no puede engañase a sí mismo, eso sí que sus representantes , los que han elegido para defender su estatuto, pueden incurrir en el error de hacer caso omiso de este imperativo. En eso consiste la trampa de la actuales democracias.
- Gracias, Eugenio, por esta agradable conversación
- De nada, Isaac, suerte en la vida privada y profesional.


Página Web de Eugenio Nkogo Ondó, muy recomendable:
http://www.eugenionkogo.es