miércoles, 17 de diciembre de 2014

EL INFORTUNIO DE RAQUEL GAGO


EL INFORTUNIO DE RAQUEL GAGO

Estos días he tenido la oportunidad de leer un libro fascinante, este libro te traslada hasta las entrañas de un crimen,  te engancha, te absorbe, te sorprende, es… “El crimen de León” Los 250 pasos hacia la muerte de Isabel Carrasco, versa sobre el suceso que le ocurrió a Isabel Carrasco el fatídico día 12 de mayo de 2014. 
En primer lugar, me gustaría dar las gracias a sus autoras, por dar la oportunidad a los lectores de obtener una información de calidad, respecto a los hechos ocurridos, como bien expresan ellas misma en su nota a los lectores “se lanza al mar llevado por los vientos de la libertad y la lealtad” “lealtad con los hechos conocidos e investigados en el periodo de su redacción, los recuerdos atesorados y las confidencias recopiladas ”, si bien, sus autoras han tenido lealtad con el relato de los hechos. Ahora bien, no estoy tan de acuerdo con la libertad de exponer sus conclusiones, hay veces que las “matemáticas” no son exactas. 
Cómo es posible "si existe un plan urdido y cronometrado", estas preguntas: ¿Por qué la supuesta autora de los hechos, Monserrat, no entrega ella misma el arma a Raquel, si se supone que estaba esperando? No es más lógico en un plan preconcebido, donde Raquel espera, entregar el arma a Raquel, no sería la opción más rápida y eficaz, o es que quizá, no tuvieran mucha relación entre madre y amiga de la hija. 
Si ya habían urdido el plan entre las tres implicadas, y cada una tenía su misión ¿Por qué es necesario llamarse entre ellas?.
¿Por qué es necesario mantener una conversación con Julio, un operario de la ORA? ¿No sería mejor deshacerse de su conversación? ¿No incomoda un testigo? 
¿Por qué Raquel en su declaración, donde arroja un detalle inadvertido, cuando dice que entra en casa de Triana y la madre esta viendo la tele adormecida? Es posible esto si están trazando un plan  de asesinato que se va ha cometer a los pocos minutos. ¿Por qué en la declaración de Monserrat (madre), siente sorpresa al ver sola a Isabel, si ya habían concertado el crimen?.
No me convence que un siniestro plan urdido entre tres personas, deje paso a tantas incoherencias y desorganización.
No creo que Raquel Gago tenga tanta implicación en este suceso como presentan las autoras del libro. Puede que no actuara como se espera de un policía en estos casos, pero no hay que olvidar, que es persona antes que policía, y cuanto menos ante esta situación, cualquier persona tendría un periodo de duda y reflexión, máxime si acababa de estar con las implicadas. Puede que sospechara que en ese bolso no hubiera nada bueno, puede que intuyera lo que contenía el bolso, y puede que el miedo –shock como lo llama ella- a afrontar la situación le superara. Nunca quiso estar sola, nunca quiso pensar en lo que había pasado. Estoy seguro de que quería sacar lo que llevaba dentro pero no sabía como.
No hay que olvidar que ella contó los hechos a la justicia, tarde, pero lo hizo. 
La única laguna que existe en este caso, es si alguien informó a Raquel de que el revolver lo tenía ella, que veo más que improbable, puesto que la inquietud, la premura, la impaciencia, el sentirse perseguida por la justicia al tener el arma, indicaría lo razonable      deshacerse de ella al instante. Cómo en tan poco tiempo se puede montar una coartada de que la hermana y la amiga encuentren el arma al intentar trasportar una bicicleta, eso pasa en los libros, hay más de reflexión en este asunto.
Como leí en el Diario de León, en una entrevista a Ángeles Caso, premio Planeta 2009 “la novela no tiene porqué ser fiel a la historia. Quién este interesado en saber de Historia que lea ese tipo de libros, ensayos…pero nunca novela. Esta responde a otras exigencias de verosimilitud y recreación del alma de los seres humanos que no es obligatorio que responda al rigor que lleva consigo la historia”. Estas palabras me hacen volver a recordar la nota a los lectores, donde las autoras exponen que tienen la “libertad en la creación de un relato novelado”
Es importante no confundir a los lectores, aunque sea sin intención, y más de tan importantes acontecimientos no juzgados aún, donde ciertas personas se juegan pasar muchos años en prisión. 
Enhorabuena a las escritoras, porque en este libro han conseguido marcar una delgada línea entre lealtad y libertad, capaz de llegar a generar conciencia colectiva, tan influyente en un Tribunal de Jurado.
No quiero justificar tan horrendo crimen, que me parece repugnante, pero nuestra justicia está escrita en las leyes, ahora toca el paso de otro tipo de lealtad.
La paciencia siempre hace justicia, es amarga pero su fruto es dulce.
Isaac Llorente Blanco.